jueves, 12 de noviembre de 2009

Plasma XCR Boa - The North Face

Este verano estuve en el Atlas con un amigo, hicimos una marcha de cuatro días para subir al Toubkal.
Una de las cosas que compré para el viaje fueron unas botas nuevas, todas las que tengo son demasiado gruesas y rígidas y quería algo relativamente cómodo ya que la subida no entrañaba ninguna dificultad técnica.
Compré las botas aproximadamente un mes antes del viaje y las estuve usando en dos salidas a la sierra de Madrid y 2 días por Madrid para ir haciéndome con ellas.

Las botas que elegí fueron las Plasma XCR Boa de The Noth Face.



Sobre el papel:
Los motivos por los que me decidí por las Plasma XCR Boa fueron varios. He utilizado calzado de The North Face anteriormente y debo reconocer que siempre me ha dado bastante buen resultado además de ser bastante cómodo. Otro de los puntos fuertes del modelo era su ligereza. Y a nivel técnico la membrana y la suela son adecuadas. El sistema BOA no es que me hiciese especial ilusión pero me animé a probarlo y en la tienda me resultó muy sencillo y se me adaptaba bastante bien al pié.



En el camino:
Casi todo lo que aparece sobre el papel se corresponde con el resultado real de las botas en su uso. Son cómodas y ligeras, sencillas de calzar. Pero la verdad es que el resultado me pareció bastante deficiente, no en su rendimiento sino en su resistencia. El primer problema que me encontré fué con el sistema de cierre BOA,el segundo día de camino se atascó uno de los cierres y me resultó casi imposible sacarme la bota, al final tuve que forzar la bota para poder quitármela y aunque pude seguir usándola, su capacidad de apertura quedo bastante mermada. Este fallo pudo deberse a algún golpe del mecanismo, pero aún así, si no hubiese podido resolver el problema habría tenido que recurrir a cortar parte de la bota para poder sacar el pie.
El otro problema grave que me encontré fue la suela, de los cuatro días en el Atlas los dos primeros transcurrieron casi exclusivamente por pistas y caminos limpios, sin demasiado piedra, y ya el segundo día empezaron a perder tacos (con un total de 6 puestas, dos de ellas por ciudad), al final del cuarto día las botas quedaron muy dañadas y no aptas para su uso.





Conclusiones:
No se si los defectos que presentaron mis botas son propios de todo el modelos o solo de mi par, pero unas botas con un precio superior a los 130 euros deberían durar algo más de ocho jornadas de uso, de las cuales solo dos se desarrollaron en zona accidentada. Me parecen unas botas muy caras y de una calidad bastante baja en lo que se refiere a su resistencia.Desde luego no creo que repita compra de clazado de The North Face en una temporada.

domingo, 25 de octubre de 2009

Cercedilla-Montón de trigo-Cercedilla (25-10-09)

Llevo mucho tiempo haciendo proselitismo y tratando de engañar a gente de mi entorno para que se apunten a patear monte. Teniendo en cuenta el éxito que suelo tener en mis labores de captación, esta vez invité pensando en que iríamos 2 ó 3 como máximo. Pero para sorpresa mía, al final, conseguí engañar a 6 incautos:



Toda una hazaña teniendo en cuenta que unos cuantos de los presentes estuvimos de cumpleaños hasta altas horas de la madrugada.

Quedamos en Plaza de Castilla a las 9 de la mañana del domingo. Aunque la "Delegación Sur" decidió ir directamente a Cercedilla y encontrarnos allí (por aquello de disfrutar de los desayunos de Ali, que deben ser estilo Hobbit).

Entre unas cosas y otras, y tras una instructiva charla de negocios en el coche, llegamos a nuestro punto de partida en el parking de Cercedilla (c. 1300 m.) hacia las 10:30, y el grupo de sureños nos hizo esperar 5 ó 10 minutillos, eso es buena coordinación y no lo de los suizos.

Empezamos a un ritmo muy vivo subiendo por la Calzada Romana.




El clima era inmejorable, un sol radiante y una temperatura agradable.
Hay poco que decir del ascenso. El ritmo, quizás, fué un poco alto y nos separamos mucho. Y algunas no conseguían callar, debió ser la falta de sueño. En mi cabecita iba pensando que en la subida al Montón de trigo iba a dejarla sin palabras, por intentar picarme.
Llegamos al puerto de la Fuenfría y pudimos disfrutar de las vistas del valle y de los picos de alrededor.






La dicharachera perdío algo de fuelle subiendo al Cerro Minguete y no fué la única, la cuesta, costó, como no podía ser menos, y nos separamos haciendo una hilera bastante espaciada. Paramos un ratillo en la cima del cerro para rehacernos y disfrutar del paisaje del Montón de Trigo, La Mujer Muerta y los Siete Picos. Sobre el valle y detrás de la Mujer Muerta empezaban a aparecer nubes densas, así que nos pusimos en marcha para llegar arriba lo antes posible.

Bajamos el collado y subimos en línea recta hacia la cumbre. No recordaba las zonas de piedras sueltas y me preocupé un poco por el calzado de uno de nuestros fichajes, pero al final llegamos arriba sin ningún problema.

Había un grupo en la cima del Montón de Trigo (2161 m.) que tardó muy poco en marcharse, así que ocupamos su lugar y decidimos quedarnos allí a comer. Pese a la preocupación de algunos miembros del grupo por las nubes que se nos venían encima, estuvimos un rato bastante largo arriba.










Para evitar bajar por el mismo camino decimimos ir en dirección a la Mujer Muerta y coger el camino que bordea el pico por el suroeste hacia el collado del Cerro Minguete.
El camino erá algo mejor y la bajada menos pronunciada, pero aún así cruzamos zonas de piedra suelta que nos retrasaron un poco.
Aunque una vez llegados al camino volvimos a la base del pico con bastante rapidez.

Esta es la vista del pico del Montón de Trigo desde el collado que lo separa del Cerro Minguete:



Esta vez, en vez de subir el cerro bajamos directos, bordeandolo por el noreste hacia la Fuenfría.

En el puerto fuimos a por agua a la fuente y nos la encontramos seca, mal asunto, creo que es la primera vez que encuentro la Fuenfria seca, pero bueno, a ver si empieza a llover pronto y se soluciona el problema en breve.

Estuvimos un rato parados allí, y la verdad es que me hubiese gustado poder quedarme un rato más, pegaba un solete de lo más agradable (poco rastro de las "amenazadoras" nubes que se veían arriba) y me hubiese echado una siesta descomunal. Pero uno de los miembros del grupo tenía obligaciones familiares y estabamos un poco pegados de tiempo. Así que bajamos en línea recta por la calzada hasta el parking. Nos tomamos una ceveza rapidita y nos separamos de los sureños.

Un buen sabor de boca para una ruta facilita y mucha gente nueva, a la que espero no haber asustado y que poco a poco se vayan enganchando al vicio.

viernes, 23 de octubre de 2009

SUBIDA AL TOROZO. PUERTO DEL PICO. MACIZO ORIENTAL DE GREDOS.AVILA

La parte oriental de la sierra de Gredos, con menos fama que el macizo central y occidental, encierra pequeñas joyas como la población de Cuevas del Valle, uno de los cinco pueblos que da nombre a las cinco villas, una mancomunidad conserva el sabor de la tradición y costumbres de pueblos muy vinculados a sus pinares y riquezas forestales. Gente acogedora, alojamiento y viandas (inolvidable la ternera) a precios razonables al no estar tan sobreexplotado.
Y todo ello a escasas 2 Horas de los madriles. Hablemos de la ruta: el nivel es sencillo para el tramo desde el puerto, ya que la ruta completa del puerto del Pico y monte Torozo es de 23 km, con un desnivel que va de los 848 m a los 2.018 de la cima del Torozo. incluye el tramo de la calzada romana, posterior cañada real para la transhumancia del ganado ovino a extremadura, todavía en perfecto estado. La ruta por la calzada parte del centro del pueblo de Cuevas del Valle, donde existen unos paneles informativos de la calzada junto a la antigua ermita. La calzada termina en el puerto del pico. Yo realicé la ruta en Junio del año pasado, dividiendo en dos el trayecto, la subida propiamente dicha desde el puerto del Pico y al día siguiente paseo por la calzada romana. Me voy a referir a la subida al pico propiamente dicha aunque recomiendo el paseo por la calzada romana; un bonito paseo entre castaños el primer tramo, pasando al lado del depósito de agua y abrevadero y con el cuidado de atravesar por dos veces la nacional; se atraviesan cinco o seis puentes de piedra granítica.



Junto a la cima del puerto, a 1350m, se encuentra un mesón con parking gratuito, desde el que se inicia la ruta de acceso al Torozo. Hay unos paneles explicativos del entorno del puerto y de la ruta. Como dato curioso, junto al mirador del barranco de las siete villas, hay unos mojones de granito que indican la distancia en leguas a Madrid y Ávila: A 29 Madrid y 10 para Ávila. La ruta está muy bien marcada, con lajas de piedra bien situadas , aunque afortunadamente, no está muy trillada y es fácil encontrar cabras montesas en los riscos, como pudimos comprobar en varias ocasiones y muy cerca.



La vegetación es rala, con piornos y retama que, en dias en que aprieta el sol, ofrecen un olor muy agradable que acompaña la ruta.


El primer tramo es muy sencillo con poco desnivel, tras 20 minutos, se llega a una choza semirruinosa de piedra con techo de piornos y corrales anexos deteriorados. La fuente y abrevadero no es potable. Diez minutos más tarde , nos encontramos la primera fuente de agua potable, marcada con letrero de forja del cerro Pedrique (sin agua), tras continuar ascendiendo encontramos un falso llano, casi al final de este tramo, en la parte izquierda del sendero encontramos una nueva fuente ( esta si tenia agua ) también señalizada con letrero de forja.
Continuamos avanzando por el sendero hasta alcanzar un refugio que esta vallado con cerca de troncos de madera ( el refugio tiene chimenea y leña, el suelo esta impermeabilizado, tiene porche y también parrilla en el exterior, todo ello complementado con fuente de manantial y dos estupendas mesas de piedra, una circular y otra rectangular con sus respectivos bancos, " vamos un chalet en la sierra".

Desde aquí continuamos ascendiendo por la parte exterior izquierda de las retamas ( el sendero aquí es poco visible) hasta coronar un collado a 1.930m. de altura, donde giramos a la derecha por la cresta pedregosa, siguiendo nuevamente los hitos de piedras hasta la cima del Torozo 2.018m. de altitud. Total nos llevó unas 2 horas, parando y disfrutando del paisaje.



Arriba además de la cruz de hierro con una imagen de la Virgen en su base, se encuentra un vértice geodésico y un buzón del montañero. Las vistas sobre el valle de las cinco villas son verdaderamente impresionantes, y además son visibles y además son visibles picos tan distantes como Guarramillas ( fácilmente reconocible con las antenas de televisión de Navacerrada) y El Almanzor.



La vuelta, por el mismo sitio, acabando en el mesón del puerto. Total ruta: 3 h 30m., con tiempo para devorar un bocata de tortilla de patatas en el mesón del puerto a un muy razonable precio. Bajamos rápido tras divisar una amenadores nubes; hay que tener cuidado con las traicioneras nieblas, un montañista con el que nos encontramos nos dijo que es frecuente que suba la niebla por la tarde y hay que estar muy atento a sus señales para que no te pille el toro.

En definitiva, una fácil y e interesante ruta con un paisaje espectacular del macizo oriental de gredos.

lunes, 19 de octubre de 2009

Unanu - Beriain - Ollo (12-10-09)

Desde enano una de las montañas que más me han gustado ha sido San Donato. Se levanta como una muralla por el valle de la Barranca.
Impresiona la vista desde Aralar cuando ves toda la Barranca llena de nubes bajas y saliendo de ese mar la imponenete mole de piedra.
El lunes pasado, mi padre y yo nos animamos a subirnoslo. Decidimos la subida desde Unanu, en el valle de Ergoiena, seguir por el corredor de la cima y bajar por la cabecera del valle. El parte meteorologico anunciaba claros y nubes, y la otra opción era hacernos una etapa del Camino de Santiago, pero a mi me apetecia subir.
Llegamos a Unanu (651m.) y el cielo estaba bastante gris pero habia suficiente visibilidad y decidimos animarnos.

Los primeros tramos por pista fueron bastante comodos, pero en cuanto enfilamos las primeras rampas en el hayedo el barro comenzó a dificultar un poco las cosas. La subida entre los arboles es más o menos rápida, cogiendo altura constantemente. El camino esta balizado por mojones cada cierta distancia, y no resulta demasiado difícil seguirlo. Llegando casi al final de la zona boscosa, justo antes del inicio de la subida del cascajal la niebla empezó espesarse, pero un caminnante que venía de la cima nos comentó que arriba la visibilidad no era mala y decidimos seguir subiendo.
El pronunciado desnivel, las piedras sueltas y el fuerte y humedo viento hizo de ese tramo un pequeño infierno. Al final llegamos a la cima con bastante poca visibilidad y absolutamente empapados.





En la llanura de la cima la niebla no permitia ver mas alla de 15 ó 20 metros, la verdad es que perdernos las vistas desde allí me tocó un poco la moral, pero la subida había sido magnífica.
Seguimos paseando por la llanura hasta la ermita de San Donato (1493 m.). Como no ibamos demasaido cansados y estabamos empapados decidicmos seguir camino hacia abajo.
A partir de la ermita nos unimos a un grupo de 3 paseantes que bajaban hacia Huarte. El camino hacia Huarte está señalizado con marcas amarillas en las rocas, pro el que baja a Ergoiena no tiene ningún tipo de marca. Nos separamos del otro grupo siguiendo unas marcas bastantes claras de rodadas, pero al rato de seguirlas las marcas desaparecieron bruscamente. En este punto, en vez de desandar el camino decidimos intentar buscar las rodadas, que obviamente no podían haber aparecido de la nada.
A partir de aquí comenzó una hora y media bastante complicada, empezó a caer una lluvia fina y persistente y nos metimos en un lapiaz, sin tener claro hacia donde ibamos, teníamos claro que el valle de Ergoiena estaba a nuestra derecha, pero carecíamos de elementos de referencia y estuvimos caminando paralelos al borde de la meseta, pero hacia el interior un largo rato sin encontrar señales de ninguna vaguada o depresión que nos indicase que habíamos llegado a la cabecera del valle.

En principio el plan ida y vuelta eran unas tres horas o tres horas y media, llevabamos cuatro y seguiamos en la planicie de la cumbre. Decidimos tirar en dirección sur lo más directo posible y finalmente llegamos a un terreno que empezaba a descender y tenía la forma de cabecera de un valle. Según ibamos bajando encontramos una pista, yo crei que después de dar alguna vuelta habíamos llegado a la parte alta del valle de Ergoiena, pero mi padre sospechaba que lo que teníamos a la izquierda era la Sierra de Satrustegi y a la derecha la de Andia. Mediada la bajada por el valle las nubes comenzaron a levantarse y al fondo pudimos apreciar Pamplona y su cuenca, habíamos salido a la parte alta del valle de Ollo.
Nos habíamos pegado casi 5 horas y media andando sin parar y yo empezaba a notar las piernas pesadas.

Llegamos a Ollo (504 m.) hacia las dos y media de la tarde y tuvimos la suerte de encontrar el Albergue Gure Sustraiak, donde no solo nos atendieron como a reyes, sino que además nos pusierón una alubiada con sacramentos que hizo que se me olvidase el mal rato de perdernos, chapó por ellos, eso es saber tratar a la gente con hospitalidad.
Después de comer, vinieron a recogernos y a llevarnos a por el coche, nos recogieron en Anotz, y llegamos a Unanu hacia las seis de la tarde y esta es la imagén del monte esa tarde


Poco rastro quedaba de las nubes del mediodía.

A pesar del mal trago tengo que reconocer que la excursión estuvo bastante bien.
El principal pero, a las autoridades y a la Federación Navarra de Montaña, parece mentira que una cumbre como la de San Donato este tan pobremente dotada de señalización adecuada. Me parece bastante triste que un patrimonio como este se gestione con tan poco interés.

Bienvenida

Siempre ha sido una de mis pasiones. A veces me pregunto que le veo a echar los pulmones por la boca, subir empapado y con los ojos clavados en el suelo y preocupandome solo de dar un paso más, para llegar arriba, disfrutar unos momentos de la vista y bajar porque el viento helado amenaza con convertirte en un muñeco de nieve.
Y sin embargo, cada vez más, cuando tengo un hueco me apetece subir. Donde sea, paseo, ascensión, ruta, travesia, llamalo como quieras, pero llenandome de polvo o barro en cualquier camino o sendero.
La idea es compartir sitios, rutas y vivencias.